Realidad delictiva en Panamá

Por Luis Carlos Samudio G.

Abogado – Docente – Mediador

Hacemos un  llamado de reflexión al Gobierno Nacional por el  incremento de homicidios que se están suscitado en el país, en estos dos últimos años como ha dado a conocer el Ministerio Público desde  julio 2019 a junio 2021, donde se ha cometidos 1051 asesinatos; de julio a diciembre 2019 fueron 276; de enero a diciembre 2020 fueron 500 y de enero a junio de 2021 fueron 275, una vez  analizado e interpretado la situación se aprecia la  realidad delictiva de nuestro país, y el comportamiento de esas conductas delictuales.

Al realizar un análisis comparativo de la evolución de las tendencias criminales de la delincuencia en los periodos presidenciales desde Torrijos, Martinelli, Varela,  la tasa de homicidios que se reflejaba era más de 2000 crímenes por cada  periodos de mandato,  promediando una tasa de 400 homicidios y el actual gobierno en dos años tiene un índice de 1051 homicidios, dando una tasa  promedio de 500 por años, demostrando más violencia y tendencias a mantenerse  o aumentar sino se tomas las medidas pertinentes contra este flagelo social.

La criminalidad ha tomado un radio de acción más  territorial y familiar,  pero su  grado de peligrosidad aumenta y nuestro país no escapa de este escenario, donde recientemente fuimos calificado por Estados Unidos  al no permitir que sus ciudadano “no viajen” a  nuestro país por dos señalamiento el Covid 19 y la Criminalidad.  Siendo este  un país donde se han registrado más muerte por  Covid 19 estadísticamente,  aparte de los asesinatos que sean dados en los diferentes estados de esa comunidad estadunidense, para que emita una  calificación  de esta manera.

La lucha contra el crimen es la principal tarea de la Sociedad – Estado, a pesar de contar con las capacidades tecnológicas sus resultados no se reflejan en la agenda del ciudadano, por las contradicciones estadísticas de los diferentes entes de controles. Sin embargo, en nuestro país existe recursos humanos preparados con capacidades, facultades  y conocimientos en los ámbitos criminológicos, con el fin de analizar e interpretar la personalidad del autor criminal, detectándoles  las características sociales como elementos concluyentes del fenómeno criminal, sin  perder de vista al delincuente dentro del ámbito social como causa preponderante. 

Dentro de sus funciones el criminólogo, una de ellas tiene  ver con el control social que está constituido por la familia, escuela, trabajo, amigos, donde es de suma importantancia la lucha entre el individuo y la sociedad, la cual,  necesita ejercer su potestad sobre el individuo, desplegando mecanismos que aseguren el consentimiento de este a las normas sociales y  cuyo  enfrentamiento a la delincuencia no admite errores, y exige un perfil  de alto nivel profesional.

Finalmente, lo importante es tener presentes consideraciones estratégicas  y tácticas, que no sean reactiva, sino planificada y objetiva,  con el propósito  de desarrollar una política criminológica eficaz,  colaborando con datos para combatir el crimen a través de pasos  de la realidad criminal, la represión y prevención del delito, teniendo en consideración: la geografía criminal, la ecología criminal y la estadística criminal de manera relevante e  integral conjuntamente a las políticas criminales, para prevenir la delincuencia y propiciar la seguridad a todos ciudadanos con la participación de todos los actores sociales, comunidad, gobierno y empresas, pero principalmente, la voluntad y la no corrupción.

Junto trabajemos a favor de la paz y de la convivencia pacífica

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