EL TOPÓN DELINCUENCIAL EN LA JOYA

Por Luis Carlos Samudio G.

Abogado – Docente – Mediador

Es importante destacar que aprender de los aciertos o de las dificultades, es una forma de adquirir conocimiento, evitando de esta manera incurrir en errores detectados y a la vez, superarlos. Por ende, la seguridad pública y ciudadana se convierte en una necesidad social y política, relacionada con la criminalidad y las inseguridades, no sólo con la existencia de los niveles de la actividad delictiva.

Por lo tanto, dichas exigencias específicas de la población están vinculadas con la forma de esos cursos de acciones de los entes rectores de la seguridad pública, actúan   con el fin de reducir actividad delincuencial en diversas situaciones de vulnerabilidad, donde la seguridad pública y ciudadana está estrechamente relaciona con la misión y las tareas de la policía y de los organismos de custodio de los centros penales.

Traemos a colación, el topón delincuencial de los hechos suscitado recientemente en la joya, donde unos privados de libertad tuvieron la capacidad de fuego y el control dicho en centro penitenciario (teatro de operación) por un tiempo corto y limitado, dejando la pérdida de vidas humanas un uniformado y un privado de libertad y otros heridos causando lutos y dolor familiar, vulnerando los protocolos y normas de seguridad.

La percepción de inseguridad es un problema público y por lo tanto el gobierno panameño debe asumir con política pública más enérgica y de prevención, toda vez, que, esta relación de temor no es fortuito, y en este sentido, es imprescindible analizar las razones por las cuales la gente se siente insegura, tanto los privados de libertad, los custodios y familiares de ambos.

Esta acción sorpresa llevada a cabo por privados de libertad causaron asombro y expectativas, por el tipo de armas y el cruce de fuego en el recinto penitenciario y las cuales que se encontraban en dicho recinto y luego recuperadas dejando a las autoridades ministeriales preocupados sobre todo en esos espacios que, los controles son rigorosos, lo cual requiere de una política pública que permitan revertir esta percepción.

En este contexto, podemos indicar  que las normativas y  los protocolos fueron vulnerados por la rutina  y el  relajamiento institucional, que,  muchas veces se hace un modus operandi en dichos centros por lo cual hay que estar siempre alerta con los análisis situacional con el fin de neutralizar cualquier alteración de orden público, un diagnóstico periódico con el propósito de diseñar las estrategias y por último el análisis  conductual en el recinto penitenciario para prevenir estos tipos actividades criminales a lo interno.   

A partir de lo señalado se puede sostener que aquí hay una doble responsabilidad: promover y mejorar estas competencias institucionales; además, garantizar y demostrar los resultados de los hechos en el centro penitenciario. Por lo tanto, la eficacia en el análisis del acontecimiento es clave; pero mucho más, es que esto sirva para mejorar la calidad de vida de las personas.

Las preocupaciones de la labor policial y custodios son fundamentales, como lo es   generar y mantener un adecuado clima de seguridad y, por ende, una mejor calidad de vida. Así, la calidad de los servicios policiales y, los modelos y estrategias empleadas son claves tanto desde una perspectiva sociopolítica (calidad de la democracia) por lo cual se debe asentar políticas criminológicas y de mediación, desde ópticas colaborativas de solución de conflictos, para la prevención de esos topones delincuenciales en los centros penitenciarios. 

Juntos trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacífica.

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