“NO HABEMUS PAPA” EN LA POLÍTICA PANAMEÑA

Por Luis Carlos Samudio G.

Abogado – Docente – Mediador

El  deterioro de la sociedad actual que se encuentra el país,  producto del descontento social, de  política pandémico, apreciamos  los que ostenta ocupar el podio presidencial se encuentra con población molesta del accionar de  los partidos políticos, que solo ven sus interés  particulares  producto del declive de sus liderazgos  esfumado, por los conflictos internos que van en aumento, constituyéndose  en una amenaza directa contra las bases de sus estructura política reduciendo la motivación, creando incertidumbre a lo interno de los partidos políticos.

Mientras tanto la política criolla mantiene su dinámica atrayendo a los más allegados a su estructura política con el fin de lograr sus objetivos, de esta manera su reelección partidaria, unos a través de las primarias y otros por posiciones designadas para las futuras negociaciones de las alianzas que se logren establecer de acuerdo a la agenda política internas de cada partido, para la consolidación de la estructura política.

Sin embargo, esto ofrece oportunidades, pero también riesgos a lo interno del colectivo político porque puede cambiar el curso de acción de los copartidarios de sus votos hacia otras preferencias que serían muy ajenas a la del partido, complicando los resultados esperados y de esta manera disminuyendo las prioridades de las aspiraciones y la vez sufra un revés de sus capacidades políticas.

Es importante destacar a esta generación les corresponde la tarea de responder ante este nuevo reto político de salvaguardar los intereses nacionales que enfrentamos apoyando a una persona que liderice, siendo  capaz de comprender la verdadera necesidad del pueblo, buscando soluciones  asegurando nuestra paz, armonía  y prosperidad, de todo el conglomerado social, logrando los objetivos de nuestro país.

Para lograr este objetivo nacional se requiere una persona  que tenga dos visiones una nacional y otra internacional que pueda manejarse a lo interno con capacidad de un estadista con luces largas para entender y dar respuestas a los requerimientos nacionales, a lo  internacional, que el manejo  diplomático sea  con todos los sectores políticos,  para qué no nos afecten directamente nuestra seguridad o bienestar social y económico. Por ende, prevenir cualquier acción en contra de nuestras relaciones internacionales que tenga que ver indirectamente con los conflictos internacionales, sin estar sometido a  sus políticas externas.

Por lo cual, somos del criterio que nuestro país está pasando  por una crisis de “No Habemus Papa” es decir, no tenemos una figura política que aglutine y  represente   una buena imagen  para ocupar  el podio presidencial los próximos cinco años,  a lo interno,  como el manejo de la política exterior,  que prevea errores costosos, por ejemplo nuestra presencia en la lista Gafi,  sin embargo,  nos corresponde resolver con política publicas más agresivas,  procurando salvaguardar  nuestras instituciones nacionales.

Hoy el mundo se mueve en dos corrientes de izquierda y de derecha e ignorar esta condición, es estar fuera de la realidad, como los conflictos bélicos que afectan de manera indirecta y directa nuestras economías donde se presentan situaciones conflictivas en   cada una de ellas con sus argumentaciones, por lo cual nuestro país, debe seguir el pensamiento de Omar ni con la izquierda ni con la derecha sino con Panamá, manteniendo una relación con todas las naciones sin distingo ideológico.

Acotamos como dijera, el premio nobel de literatura 1922, el español, Jacinto Benavente: “Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados”. Por  lo tanto, nuestro país se aproxima a unas elecciones en el 2024,  donde debemos escoger una figura con capacidad de diálogo,  que revista un interés nacional integral a través de una gran confraternidad,  además, que sirva como el eslabón que ayude, y  facilite con la voluntad de todos los actores a  los cambios sociales, políticos, económicos y culturales como también la seguridad nacional que se requiere para vivir en paz y podamos decir “Habemus  Papa” por haber elegido a los mejores panameños  sin distingo político, buscando la paz y la libertad que todos los panameños anhelamos.

Junto trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacífica

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