“[…] con el apoyo de las fuerzas vivas de Colón, […], el 12 de diciembre de 1985, se inauguró el Mausoleo de los Mártires del 9 de Enero de 1964, […]”
Por Luis Carlos Samudio G.
Abogado – Docente – Mediador
Hoy, se cumplen 58 años de la heroica gesta donde los estudiantes del Instituto Nacional se alzaron, protestando por las acciones de un Gobierno invasor, que no permitía izar nuestra hermosa bandera en áreas civiles de la Zona del Canal, de acuerdo con lo pactado en 1963; donde cayó nuestro primer mártir, Ascanio Arosemena, y, así como él, fueron cayendo estudiantes, personas humildes que salieron a defender nuestra soberanía.
En la ciudad de Colón, las protestas iniciaron en la noche del 9 de Enero, una vez que las noticias del agravio infligido a la bandera y los ataques a los estudiantes del Instituto Nacional se difundieron.
Según la historia, los hechos empezaron en las calles 11 y 12 y avenida Bolívar, cerca del llamado Templo Masónico, y el antiguo comisariato en calle 11, cuando los estudiantes del colegio Abel Bravo salieron a protestar por esas agresiones, y fueron recibidos por los policías “zonians”.
Por su parte, la Guardia Nacional trataba de impedir que los estudiantes, como los ciudadanos colonenses, ingresaran al enclave colonial, pero fue imposible, ya que muchos panameños sin armas lograron internarse con banderas. Sin embargo, las unidades del ejército estadounidense y la policía atacaban de forma violenta a los panameños, que solo tenían palos, piedras y armas de fuego. Por su parte, las unidades del ejército estadounidense, con bayonetas caladas, invadieron el territorio panameño.
El resultado final fue de 141 heridos y tres muertos: Maritza Alabarca, con tan solo seis meses, el estudiante Carlos Renato Lara, de 18 años, y el sargento Celestino Villarreta, de la Guardia Nacional, con 43 años. Este último fue asesinado cuando trataba de tranquilizar a la ciudadanía exaltada.
Hoy, gracias a Dios, se les puede rendir homenaje a esos héroes colonenses, porque fueron muchos años que sus restos no tenían un lugar digno para descansar en paz. Por eso, cuando llego a la ciudad de Colón, en 1984, como jefe de la II Zona Militar, voy conociendo la idiosincrasia de este pueblo valiente, y quise hacerle un reconocimiento a esas personas que fallecieron en esa lucha heroica. Así que me reuní con el administrador de la Zona Libre de Colón, David Delgado Diamante, el personal de Recursos Humanos de las Fuerzas de Defensa y el Ing. José M. Donado.
La inspiración de este mausoleo nació de los viajes que hice por Europa, donde pude apreciar los monumentos dedicados a los soldados desconocidos, quienes perdieron la vida en las guerras, y muchos países les hicieron reconocimientos a esos héroes de la patria.
Como institutor, y por la lucha que habían realizado los estudiantes del Instituto Nacional por la soberanía de nuestro país, tenía que desarrollar esa majestuosa obra a nuestros mártires colonenses.
Por lo que se inició su construcción, con el apoyo de las fuerzas vivas de Colón, y, el 12 de diciembre de 1985, se inauguró el Mausoleo de los Mártires del 9 de Enero de 1964, por lo que cuenta con 36 años de construcción, y me siento orgulloso de que todas las actividades se realicen en esta área, porque allí están los restos de nuestros mártires colonenses, que reclamaron la soberanía de su pueblo, y sobre todo, esta estructura está ubicada en la limitación de aquel entonces, dominada por el ejército estadounidense, donde se dieron los enfrentamientos entre la sociedad civil, estudiantes y tropas de EUA.