Por: Yahaira L. Perén G.
Honorable Diputada Suplente.
Desde mucho antes que se desatara la crisis de salud mundial conocida como Covid 19, ya nos encontrábamos con la duda de si era o no realmente gratuita la educación en nuestro país.
Desde 1924 La Sociedad de Naciones, aprueba la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del niño, pero no es hasta 1959 donde la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba los Derechos del Niño que reconoce el derecho a la Educación, el juego, la atención de salud y un entorno que le apoye.
Según nuestra Carta Magna, en el Capítulo 5, artículo 95, la educación oficial es gratuita en todos los niveles pre-universitarios, es decir que como bien lo señala el artículo 91 del mismo capítulo, es deber del Estado la organización y la dirección de los servicios públicos de la educación nacional, de manera que se garantice que ésta, cumpla con los requerimientos fundamentales para su desarrollo.
Ahora bien, en la actualidad, estos artículos se están viendo reflejados en el día a día del panameño? Revisemos un poco la situación durante estos últimos meses en los que la educación se vio casi en peligro de extinción por la crisis de salud mundial, que como bien lo han mencionado muchos expertos, no sólo llegó para cobrar vidas, sino también para desnudar la realidad de muchos sectores de nuestro país, del que no se escapó sin duda alguna la educación.
No es lo mismo la educación en escuelas y colegios particulares que en escuelas y colegios oficiales y nunca ha sido un secreto esto, pero ahora debemos sumarle la enorme brecha digital que existe entre ambas, oficiales y particulares, según datos presentados por expertos politólogos, en Panamá hay una diferencia de 95 puntos entre niños ricos y pobres y sólo el 11% de los hogares cuentan con banda ancha de internet, misma que como todos sabemos no es gratis y se debe pagar para poder obtenerla, lo que convierte en casi imposible a los padres de escasos recursos poder brindarle el servicio de educación a sus hijos tal como lo señala Los Derechos del Niño.
Si bien es cierto, ningún país estaba realmente preparado para hacerle frente a esta crisis, no menos cierto es, que nuestra niñez y adolescencia de las escuelas y colegios oficiales se ven afectadas por el nuevo sistema que se ha tenido que adoptar para que la educación no se detenga y no sólo es por la poca o nula preparación de docentes en materia de virtualidad, que también es un terrible problema actual, sino también, porque para tratar de frenar el índice de contagios, se paraliza el funcionamiento de toda una nación, dejando sin empleo a muchas persona e imposibilitando que se le pueda hacer frente a la demanda económica del hogar, sin embargo, es importante mencionar que a nuestro juicio la decisión adoptada no fue del toda mala, si ésta hubiese ido paralela a respuesta rápidas en materia de alimentación, salud y en el tema que nos atañe, educación, a el acceso de las herramientas y medios digitales que necesitan nuestros niños, niñas y adolescentes para no perder sus clases.
No es únicamente la falta del dispositivo electrónico el problema a resolver, es también el acceso al internet lo que se ha convertido en uno de los mayores obstáculos para nuestros estudiantes, ya que muchos no cuentan con este servicio y deben optar por el servicio pre-pagado que representa un golpe al bolsillo de sus padres, abuelos o tutores.
Entonces es realmente una realidad en nuestro país que la educación es gratuita? Pues, definitivamente no, no lo es, antes de pandemia, era obligación el pago de útiles, uniformes, calzados, textos que cada año eran más costoso, entre otros gastos que muchos planteles se inventaban a la hora de matricular a un estudiante, hoy por hoy donde las condiciones de estudios son otras, las herramientas tecnológicas y el acceso al internet nos recuerdan que nuevamente no es el Estado quien asume estos costos sino, los padres y madres panameños que con mucho esfuerzo intentan materializar los sueños de sus futuros doctores, maestros, ingenieros y arquitectos.