“LAS MUJERES TIENEN DERECHO A VIVIR LIBRE DE VIOLENCIA DOMÉSTICA”

Por: Gina Correa.

Abogada, maestra de educación preescolar y especialista en gestión de políticas sociales y en género.

Quiero iniciar este artículo afirmando que aspiro a tener un país en donde las mujeres no sigan siendo víctimas de ningún tipo de violencia y podamos vivir en una sociedad tolerante donde se conviva de manera pacífica y con mejores oportunidades para todos.

Sin embargo, pienso en Ana, residente del área Este del Distrito de Panamá, quien estaba siendo asfixiada con el sueter que portaba su agresor, frente a sus hijos, al punto de llegar a desmayarse y cuando vuelve en sí se percata que está orinada pero aún con vida, pese a que el agresor había sido desalojado meses antes por una situación similar y contaba con una boleta de alejamiento, historias como está se repiten todos los días, siendo el delito de violencia doméstica el segundo delito más grave de nuestro país, indicadores que debieran llamar a la reflexión de mejores políticas públicas integrales e intersectoriales para impactar de manera positiva sobre quienes sufren de este flagelo.

Me detengo a realizar la primera reflexión,  es un tema de leyes? Quiénes son los responsables? Se podrá cambiar esta realidad?  Sin lugar a dudas las leyes son normas que estipulan mandatos, reglas que deben ser de obligatorio cumplimiento para garantizar una vida en armonía, sin embargo, en el caso que nos ocupa pienso que hay una gran cantidad de leyes escritas en esta temática y han quedado en letra muerta porque Panamá cuenta con un marco legal avanzado en cuanto a los derechos de las mujeres, existen más de treinta (30) leyes que pudieran entenderse como un sistema integral de protección social hacia las mujeres, sin embargo, existe indiferencia ante esta realidad y eso nos hace cómplices, es necesario y urgente, estrategias de alto impacto integrales y articuladas, como por ejemplo: el empoderamiento a través de la autonomía física, financiera, emocional  y política, servicios jurídicos especializados, accesibles y sensibles, recursos públicos adecuados, aumentar la conciencia pública e incluir a los jóvenes en esta movilización.

Quiero finalizar este artículo afirmando que  todos juntos, familias y gobiernos cumpliendo nuestras responsabilidades podemos lograr tener  ese país al que aspiro, en donde las mujeres no sigan siendo víctimas de ningún tipo de violencia y podamos vivir en una sociedad tolerante donde se conviva de manera pacífica y con mejores oportunidades para todos.

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